lunes, 3 de septiembre de 2012

No hay valor para huir.


 El sol bañaba la ventana. El aire pedía permiso resoplando para entrar, yo no se lo impedía.
¿Qué quieres contarme esta vez?... ¿Que me vaya?... Oh, no. No puedo hacer eso.
¿Que huya?... No, por Dios, no.

Sólo soy la niña que quería ser mujer, la mujer que quería ser niña. El desgraciado humano que nació. Aquél que tiene que morir y es consciente de ello. El sol guía su camino, la brisa lo arrastra y la luna lo convierte en recuerdo. Nada les importa, todos cumplen con su deber. Así ha sido y así será. Hasta que las estrellas dicten que eso pertenece a un tiempo pasado y todo puede cambiar de rumbo.

No te alborotes, Eolo. No voy a escapar. No...tampoco yo sé el porqué.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Ya has leído? ¡Déjame tu opinión!